viernes, 16 de noviembre de 2012
UN DÍA DE CINE
Este viernes estábamos muy nerviosos pues teníamos sesión de
cine. Impacientes hicimos cola y esperamos nuestro turno detrás de la raya
marcada en el suelo hasta que abrieron. Tras entregar el dinero (y asegurarnos
de que habíamos hecho bien los cálculos), el taquillero nos decía “Que disfrute
de la película y de las palomitas”. A continuación el acomodador nos recogía la
entrada y nos llevaba hasta nuestro sitio con la ayuda de una linterna. Se apagó
la luz y …¡comenzó la peli! Por cierto, las palomitas estaban riquísimas.
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